Hola de nuevo.
Hace unos días saqué a Romero con la ilusión de pasar la ITV, y fui al lavadero a adecentarlo un poco. De camino pude observar que tal como tenía la dirección no pasaría la inspección así que volví a encerrarlo y al día siguiente anulé el seguro que le hice.
Así las cosas decidí empezar con la restauración integral y desarmé puertas, capó, suelo... En internet pude saber que la dirección se ajusta muy fácilmente, y de nuevo me centré en ajustarla para ponerlo a circular cuanto antes... Y en esas estamos, he sacado el protector de la caja de la dirección para ver si centramos un poco el coche y mejoramos la manejabilidad. Fotos:
domingo, 27 de marzo de 2016
Quitando tornillos...
Frenos terminados.
Hola de nuevo.
Voy a relatar los últimos avances con Romero, ese es el nombre que, como sabéis, le he puesto al Land Rover...
En el anterior post dejé el coche listo a falta de purgar los frenos, pues bien, cuando acudí a hacerlo vi que había perdido el líquido de freno por una de las ruedas delanteras, así que vuelta a empezar. El haber reparado los bombines traseros y dar presión al circuito hizo que saltara por su parte más débil. Así que coche arriba de nuevo y a desmontar los bombines delanteros, cuatro en este caso, lado izquierdo seco, lado derecho, lleno de líquido de frenos, en este lado el latiguillo es el original, en el otro lado está cambiado, lo que me hace sospechar que fueron reparados los bombines en ese lado.
Los bombines traseros me los repararon por 20 euros cada uno, ahora son cuatros bombines... En Internet localizé un kit de reparación por 2,80, así que lo pedí, junto a latiguillos nuevos y tulipas para los pilotos.
Efectivamente los bombines rotos tiene las gomas de los retenes originales, hechas polvo y se cambian muy fácilmente tras limpiar el bombín y comprobar que no hay desgastes ni arañazos raros; los retenes del otro lado están reparados como sospechaba y funcionan bien, pero los cambio. Listo, limpieza con desengrasante de zapatas, portada patas y tambores, montaje de nuevo, ajustar zapatas, llenar circuito de frenos, purgar y frenar. Leído así parece fácil, y es que lo es, lamento no haber hecho fotos (no pongo tanto empeño en éste blog como en los de las vespas...).
El caso es que el coche ya frena y no lo hace mal. Así que decido sacarlo al lavadero y de paso ver qué tal se maneja. Arranca perfecto, suena muy muy bien, frena, funcionan todas las luces, las marchas entran bien, el embrague correcto, pero ¿y la dirección? ¡Ay la dirección! Tiene mucha holgura, así que será la siguiente cuestión a tratar, ya he estado mirando por Internet.
En el lavadero, hasta por dentro le he chiflado y me parece mentira con la de porquería que le he quitado, cómo le queda tanta... La pintura original se deshace con el agua ¿? pero a eso ya llegaré ya...
Hace poco hablaba con amigos de lo que supone hacer una restauración de éstas en cuanto a los ánimos de uno, haces una pequeña cosa y te vienes arriba, miran otra vez en conjunto y abajo de nuevo... Ayer estaba contento por sacar el coche, pero se me ha alargado el plazo de término, si es que alguna vez hubo uno.
Nos vemos.