Hola a todos.
Parece que le he cogido al gusto a esto de publicar después de tanto tiempo...
Hace unos días, aprovechando que el día de la comunidad de Castilla la Mancha es festivo, el Club Clásicos de Munera, organizó un encuentro de vehículos clásicos, y después de haber reacondicionado la caja de cambios, me pareció una buena ocasión para probar el coche, además, la posibilidad de ver buenos coches y viejos amigos, también es un buen motivo para acudir.
Decidí ir solo hacia Munera, para no ir presionado por el grupo, y el coche va estupendamente, la caja de cambios va muy suave y sigue haciendo ruido, algo menos que antes, pero creo que costaría mantener una conversación con alguien conduciendo...
Ya llegado a Munera sin contratiempo, puedo saludar a algunos de los conocidos que nos solemos encontrar en este tipo de eventos, esperamos un poco y salimos hacia la bodega Fernández de la Ossa, en Minaya donde haremos una cata de los vino que han sacado al mercado. Es una bodega pequeña, familiar, que lleva apenas un par de años produciendo vinos.
Hacemos parada en Casas de la Peña, donde está la bodega, al lado de Minaya, es una pequeña aldea, con una plazuela donde aparcamos los coches. Nos hemos juntado 3 Land Rover, un serie3 109 con techo de lona, un serie3 88 y el mío, un serie IIA.
El 88 está repintado, y lleva instaladas unas ruedas más grandes que las originales, el 109 ha montado un motor 200TDi y también unas ruedas más grandes, el mío es completamente original, respetando motorización y neumáticos, la única modificación es la sencilla camperización, sin ninguna instalación que llevo en la parte trasera.
El perfil nada aerodinámico tan característico de los Land Rover evoca dureza, campo y aventura.
Llaman la atención y se llevan todas las miradas, especialmente en pueblos, al haber sido un vehículo muy ligado al trabajo en el campo, todo el mundo en los pueblos o ha tenido uno o conoce a alguien que lo ha tenido, y todos tienen algún recuerdo con estos coches, por su incomodidad, dureza, fuerza o utilidad.
Uno de los vehículos más impresionantes que acudieron, por lo menos a mi modo de ver, fue este Pegaso Comet con cabina alargada, pertenecía a la compañía Hidroeléctrica Española y se dedicó a la instalación de bobinas de cable en sus tiempos, la cabina puede llevar hasta 9 pasajeros, y la pluma permitía la carga y descarga de las bobinas que in
stalaban. Tiene tracción total, aunque la velocidad máxima no supera los 70 kilómetros por hora, circulando con normalidad a 60 más bien. Es un icono del desarrollo industrial de España de los años 60 y 70.
Tras la cata de vinos, muy buenos, por cierto, salimos hacia Munera para comer, tras de mi iba un Land Rover, como podemos ver por el retrovisor.
Parece ser que también se dedicaron a hacer alguna fotografía.
El camino de vuelta era sencillo, pero siempre se agradece que la organización muestre indicaciones en los puntos clave del recorrida, más si aprovechan para hacer alguna fotografía como este par que os presento aquí.
Los giros con el Land Rover no pueden ser demasiado rápidos, no ayudan las suspensiones, que hace que el coche se incline bastante, ni los asientos, totalmente rectos, que no sujetan nada la espalda, tomar una curva a una velocidad alta con el Land Rover da una sensación de peligro real, pero bueno, siempre hay que adecuar la velocidad a la circulación...
Después de comer estuvimos un rato y ya nos despedimos de nuestros amigos hasta la próxima, hacia Albacete salíamos un mini, un fiat 500 y un Land Rover. Anunciaban fuertes lluvias para la tarde, y eso parecía a tenor de las nubes que desde la carretera, veíamos formarse sobre la ciudad.
No había viento, o si acaso ligeramente por la espalda, lo que permitió rodar a una velocidad de 75 kilómetros por hora cómodamente, sin forzar.
Unos 200 kilómetros para pasar un buen día disfrutando de nuestros coches viejos con conocidos y amigos.
Hasta la próxima.