lunes, 18 de febrero de 2019

Parte trasera, cuesta abajo final (espero).

Hola de nuevo.
Por las fotos que puse en la entrada anterior, se podría pensar que el coche, Romero estaba ya terminado, pero no, aún le queda bastante, si bien no tanto como parece.

A pesar de lo que puede parecer en esta foto, en la que se ve el chasis completamente desnudo, no queda tanto, de hecho estoy a la espera de terminar la caja trasera de carga, puesto que una vez pintada se podrá colocar en su sitio y montar los travesaños bajo las puertas que van al mamparo y a partir de ahí montar la cabina, suelo, soporte de asientos, tapas, perfiles inferiores, puertas, piezas todas ya pintadas y listas, a excepción de las tres puertas.

La instalación eléctrica está terminada, el circuito de frenos purgado y funcionando, igual que el de embrague, el circuito de combustible aún sin purgar, pero el motor ya mueve con la batería, el circuito de calefacción instalado y funcionando, vamos, que desde que pinte la caja trasera hasta que el coche funcione va a pasar muy poco tiempo.

Una de las cosas que haremos será la sustitución de las puertas por otras en mejor estado que ya adquirí hace un tiempo, aún así recureparemos algunas partes de las antiguas como algunas cerraduras y los perfiles galvanizados, que en las puertas "nuevas" están pintados y algo estropeados. Aquí vemos la puerta trasera original, ya sin la ventana cuyo desmontaje fue algo complicado al tener piezas soldadas.

Viendo el estado de la chapa, lo sorprendente era que se sostuviera. El cristal también será aprovechado.

El nervio de acero de la parte inferior está muy estropeado de cerrar la puerta descolgada por desgaste de los bulones de las bisagras, el nervio superior está completamente podrido por acumulación de humedad, seguramente el refuerzo de chapa soldada contribuyó a empeorar el problema.

La puerta derecha reparada con masilla una vez que se han sacado los bullones con el martillo, están repintadas sobre el original que se aprecia en la parte superior, así que un buen lijado será suficiente tras el enmasillado para dejar la puerta lista para pintura.

La puerta izquierda está aún en mejor estado, es un alivio que el óxido que presentan en los taladros para las bisagras sea superficial.

Parte trasera de la caja donde se sujeta con el chasis. La chapa de aluminio en esta parte está bastante estropeada, es algo estético, puesto que la sujeción real la hace una pieza de a ero que hay debajo, pero trataremos de arreglarlo.

Se coloca una chapa delgada entre la de acero y la de aluminio y se pega con un pegamento especial para metal, soldadura en frío, dice el envase, es un producto de dos componentes que hay que mezclar en el momento de aplicarlo. Con un sargento y un par de tacos de madera se sujeta para que quede bien pegado. Posteriormente habrá que enmasillarlos para que la chapa externamente quede igualada 

Y a continuación pasamos a enmasillar el cajón trasero, previo a esta operación ha sido el trabajo con el martillo y una sufridera para sacar los bullones lo máximo posible, pero los ángulos inferiores traseros de un Land Rover sufren por lo general mucho, así que ha habido que emplearse a fondo.

A simple vista no parecía que necesitara tanta reparación, pero cuando nos ponemos a examinar de cerca...

El nervio de refuerzo de esta parte se había perdido y el tirante de sujeción no tenía ningún apoyo, por lo que se tiene que utilizar un perfil que sustituya al desaparecido y refuerce el conjunto.

En la parte superior tenemos la parte inferior de la caja que se sujeta al chasis ya enmasillada, también se han enmasillado otros arañazos o bullones.

Ahora vemos las puertas lijadas y revisadas por si necesitan algo más de masilla.

El perfil galvanizado está aún sin remachar, eso se hará cuando las puertas ya estén pintadas. Como se ha comentado antes, son los que llevaban las puertas originales del coche.

Y de momento es todo.