Saludos a todos.
Seguimos haciendo algunas cosillas para mejorar el rendimiento del coche, tampoco es que vayamos a ponerlo a nivel de competición, pero cada pequeña cosa mejorará un poco y el conjunto, por fuerza se tiene que notar. Una de las cosas más llamativas de los Land Rover, es la cantidad de humo que producen, esto se puede corregir con la manera de conducir, haciéndolo de una manera suave y progresiva evitando acelerones bruscos que hacen entrar gran cantidad de combustible en los cilindros que acaba sin quemarse completamente y generando gran cantidad de gases. Otra posibilidad es la limpieza de los inyectores para garantizar que la pulverización del gasoil en la cámara es adecuada y permite su combustión total. Así, los desinstalamos quitando las tuberías que llevan el gasoil y aflojando el par de tuercas que los fijan a la culata del motor. Los inyectores se limpian y regulan en un taller especializado.
Retiramos la tapa de balancines y aprovechamos para hacer el reglaje de válvulas, la operación está descrita en los manuales de taller y es sencilla de realizar con un juego de galgas, una llave y un destornillador.
La junta de la tapa es sustituida por una nueva, la original está completamente llena de aceite y rota por algunos sitios, lo que hace que se observe cómo el aceite rezume por algunas partes de arriba del motor.
Los inyectores al recibirlos de vuelta del taller, quitamos los protectores de plástico y os instalamos de nuevo. Al encender el motor ya comprobamos que hace lago de menos ruido y suena más redondo, algo más equilibrado, dos de los inyectores no pulverizaban bien, por lo que la fuerza obtenida en un par de cilindros era sensiblemente inferior a los otros dos, lo que se traducía en vibraciones, por otro lado, la emisión de humo también se ve reducida y ya no es tan oscuro como antes de haber realizado este par de operaciones.
Pues otra cosa contada, hasta luego.
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